Tu Taller de Confianza para el Cuidado Integral de Tu Vehículo

Revisar el aceite es crucial. Asegúrate de que el motor esté frío o haya reposado al menos 10 minutos. Localiza la varilla medidora (usualmente con un mango de color brillante), extráela, límpiala con un trapo, insértala completamente y vuelve a sacarla. El nivel de aceite debe estar entre las marcas 'MIN' y 'MAX'. Si está bajo, añade el tipo de aceite recomendado por el fabricante. Un nivel adecuado de aceite lubrica, enfría y limpia el motor.

La vida útil de los neumáticos depende de varios factores, como tus hábitos de conducción y el mantenimiento. Revisa la profundidad del dibujo regularmente usando un medidor o la prueba de la moneda. Si la profundidad es inferior a 1.6 mm (o si la cabeza de la moneda es visible), es hora de cambiarlos. También busca grietas, bultos o desgaste irregular. Rota los neumáticos según las recomendaciones del fabricante para un desgaste uniforme.

Mantener la presión correcta en los neumáticos es vital para la seguridad, el rendimiento del combustible y la longevidad de los neumáticos. Consulta el manual de tu vehículo o la etiqueta en el marco de la puerta del conductor para la presión recomendada (PSI). Revisa la presión cuando los neumáticos estén fríos, al menos una vez al mes y antes de viajes largos. Una presión incorrecta puede causar un desgaste prematuro y afectar la maniobrabilidad del vehículo.

Las luces de advertencia en el tablero son la forma en que tu auto te comunica posibles problemas. La luz de 'Check Engine' puede indicar desde una tapa de gasolina floja hasta un problema serio en el motor. La luz de ABS alerta sobre fallos en el sistema de frenos antibloqueo. La luz de la batería puede indicar problemas con el alternador o la batería misma. Nunca ignores estas luces; consulta tu manual o visítanos para un diagnóstico profesional. Atenderlas a tiempo puede prevenir reparaciones costosas.